Por Alex Esquivel M.
Luego de las manifestaciones de vecinos, transportistas y mercaderes que se han visto afectados con las obras de construcción del teleférico en Uruapan, el gobierno del estado respondió con más de medio centenar de granaderos a media docena de mujeres que sólo estaban «armadas» con paraguas para protegerse de la lluvia, el secretario de gobierno, Carlos Torres Piña, aseveró, sin probar cosa alguna, que dichas manifestaciones tenían “tintes de vínculos delincuenciales”, lo que a todas luces es una mentira del insensible y perdedor funcionario estatal.
Y es que el teleférico en Uruapan, propuesto por Alfredo Ramírez Bedolla, es un proyecto de escritorio que nunca fue consensuado con la población uruapense, misma que nunca pidió dicha obra, dado que demanda, entre otras cosas, mejores vialidades, sin baches, y más y mejor seguridad. Los uruapenses también son michoacanos con derecho a los recursos estatales, para obras que realmente beneficien a la población de este municipio, no mandando granaderos para amedrentar a media docena indefensas mujeres.
En el comunicado de Sedum 061/2024, del 1 de julio del 2024, destaca que “el mandatario señaló que se mantiene constante comunicación con el Gobierno municipal para trabajar en conjunto y atender las dudas y demandas que la ciudadanía tenga para que este proyecto, que beneficiará la movilidad del municipio, se concrete en tiempo y forma”, lo cual, sinceramente, no es cierto, de tal suerte que ni a los periodistas se les ha hecho llegar la información propia del proyecto, incluidos permisos y estudios.
Y es que a pesar de las buenas intenciones que pueda tener Alfredo Bedolla Ramírez, como gobernador de Michoacán para con los uruapenses, la secretaria de Desarrollo Urbano y Movilidad, Gladyz Butanda Macías, no ha podido operar adecuada y correctamente dicho proyecto, al igual que el secretario de gobierno, Carlos Torres Piña, quien ojalá más adelante no quiera ser candidato a la presidencia municipal de Uruapan, tal como lo intentó en Morelia, dada su prepotente actitud para con la ciudadanía de esta demarcación.
Igualmente, la coordinación de comunicación social del gobierno del estado, no pudo socializar el proyecto, pues se limitaron a contratar a tres o cuatro medios de comunicación, cuando en Uruapan hay hasta medio centenar de compañeros periodistas y reporteros que, día a día, hacen su trabajo en favor de la ciudadanía, al margen de intereses de propios y extraños, como el gobierno del estado, y más si el proyectos afecta a una ciudadanía que nunca pidió esa obra, y menos ahora que tantas molestias está causando a la población.
Diálogo con la ciudadanía afectada, no hay. Información para los periodistas, no hay. Respeto a los compromisos con vecinos y mercaderes afectados, no hay. Pero granaderos para reprimir a la población, sí hay. La inversión de 3 mil 200 millones de pesos no debe implicar, en ningún momento, afectaciones a personas, viviendas, inmuebles ni banquetas y calles o avenidas, tal como está sucediendo. El proyecto debe ser replanteado o cancelado, sin importar que se afecte el negocio de algún grupo, persona o gobierno. La ciudadanía es primero.
No hay socialización alguna del proyecto del teleférico por parte de Gladyz Butanda. Es un fracaso, al igual a lo realizado por Comunicación Social del Gobierno del Estado, quien en realidad intenta callar las voces disidentes de quienes se oponen a dicho proyecto, aún cuando no es capricho de periodista alguno, sino el sentido social de los mismos para con los ciudadanos, población que se ve indefensa en su persona y bienes ante la actitud grosera y prepotente de los funcionarios de la administración de Ramírez Bedolla.
El teleférico, entiéndase o no, les guste o no, y les convenga o no, hasta el momento ha sido más un problema, en varios sentidos, que una solución eficiente a la vialidad y movilidad de los uruapenses, quienes, en ningún momento pidieron un teleférico. Uruapan lo que realmente necesita es un Libramiento Oriente libre de baches. Transitar por el lugar, especialmente de noche, resulta casi mortal. También necesitamos el Libramiento Norte, continuar la Avenida Latinoamericana, con sendo puente, y muchas obras más, que los uruapense sí necesitamos.
Ampliar a cuatro carriles la carretera Uruapan – San Juan Nuevo es urgente, pero ese proyecto quizá no sea tan buen negocio. Uruapan necesita otra unidad deportiva o un buen auditorio municipal, pero tampoco se dice nada. Por el contrario, intentan descalificar a los vecinos y locatarios del mercado oriente, como a los urbaneros, con granaderos, y mintiendo al decir que estos uruapenses han solicitado mucho dinero para aprobar dicho proyecto. Lo cierto es que el gobierno del estado quiere invadir esa propiedad y robársela.
El alcalde Nacho Campos ya se va, y no va a meter las manos al fuego por este proyecto que no es suyo, por lo que el problema lo tendrá que atender el alcalde electo, Carlos Manzo, y él lo sabe: más aún, entiende perfectamente que el teleférico no es del agrado de los uruapenses, y tendrá que acatar el clamor popular y decírselo fuerte y claro al gobernador, Alfredo Ramírez Bedolla, para que lo modifique atendiendo las necesidades de los uruapenses, pese al capricho de que el teleférico va porque va, o se cancele. Al tiempo… !!